Mis primeros consejos para una entrada triunfal en el mundo de la Fotografía
La Fotografía se aprende desde la base: Primero, es necesario conocer la herramienta para poder sacarle provecho. Segundo, la Fotografía se aprende trabajando y equivocándote.
Cada fracaso es una medalla, pues aprendes de él.
Y se aprenden dos cosas: primero, lo que te conduce al fracaso (para no repetirlo) y, segundo, descubres nuevos caminos hacia la genialidad (cuando repites el fracaso con variaciones que te conducen a lugarres insospechados).
1. La cámara es importante
Déjate de romanticismos. La cámara es importante y los objetivos también. Esos blogs que te dicen que lo esencial es el que hace la foto, lo único que persiguen es engalanarte el ego, que sonrías y te digas, sí, yo soy un fotógrafo espectacular, ya verás qué fotos hago con mi móvil. Ya.
Y después, ¿cuántas veces te has dicho: “Ñecs, yo había visto algo que no sale en la foto”?
No queremos una cámara gorda y llena de botones y que pese 2 kilos, queremos una cámara práctica que nos dé la máxima resolución de imagen.
2. Debo invertir miles de euros... pues no
No es necesario comprar la cámara más cara. Yo nunca he usado una cámara de miles de euros para mis fotografías artísticas. Pesan demasiado y lo que dan a cambio son muchos automatismos que mi arte no necesita.
Precisamos una cámara con un sensor con muchos píxeles, que sean capaces de recoger la luz limpia que les llega a través del objetivo. Sí, hay cámaras de “juguete” que te prometen muchos píxeles y no son reales, sino interpolados, es decir, metidos al relleno artificial para que el ego del posesor de esa camarita se crea que tiene “la makina”. No caigas en la trampa.
3. Cientos de euros, pues sí
Lo que sí necesitamos, además de una cámara con al menos 18 megas de info en el sensor, es un objetivo luminoso, nítido, que la luz pase a través de él sin aberraciones. Con los objetivos te puedes gastar bastantes cientos de euros, con ellos sí. No hay nada más triste que ampliar una foto y notar que no ves los detalles en los contornos, que esos matices que tanto te atraían cuando disparabas la foto han desaparecido, es decir, el sensor de tu cámara ni sabe a qué te refieres cuando le pides un detalle en el revelado, ¿un detalle?, te increparía el sensor, ¿qué detalle si me has puesto delante unos cristales incapaces de captar las finuras que queríamos fotografiar?
4. La F (diafragma) y el tiempo
Son los grandes enemigos de los que quieren aprender fotografía y no les gusta usar el coco. La F (diafragma) y el tiempo son enemigos de aquellos que se creen que van a salir a la calle, dispararán su cámara y capturarán el momento más bello de una manera inimaginable. Vaya.
La F (diafragma) y el tiempo de obturación son "amigas hasta la muerte", y su conocimiento es absolutamente imprescindible.
Si no sabes qué son y para qué sirven la F (diafragma) y el tiempo de obturación, no vas a hacer fotos, solo vas a tentar a la suerte.
Puedes coger tu móvil, disparar 1000 o 2000 fotos, seguro que algo sale. Pero pregúntate (vanidad aparte): ¿vale la pena disparar tantas veces a cambio de obtener una casualidad?
Que tu foto genial sea una producto de una casualidad te quita mucho del mérito de la foto.
5. Y el ISO
¿Crees que es otro enemigo? Pues no. Es el tercer hermano. Entre los tres (el diafragma, el tiempo de obturación y el ISO), dominas el flujo de la luz que acabas capturando en el sensor de tu cámara. Y ese flujo repartido de manera magistral (no casual) es lo que hará de ti un buen fotógrafo.
Como es evidente, con una cámara sin posibilidad de dejar que los tres hermanos jueguen según tus indicaciones, el recoger este flujo ideal va a ser cuestión de suerte.
Y tú, ¿qué prefieres, tener suerte o dominar lo que haces?
6. Llámale “F”
Una alumna me decía el otro día en un taller que eso de las “aberraciones” en las lentes de los objetivos (cromáticas y ópticas) le parecía una palabra feísima. Bien, hablando de palabras que pueden resultar feas, si no te gusta decir “diafragma”, llámale “F”.
F2.8, F8, F22... ¿cómo se identifican número y apertura?
Una ayuda nemotécnica (echamos una mano a tu memoria) para reconocer que cuanto más alto es el número que designa el F, más cerrado está. En California, en 1932, se creó un grupo fotográfico formado por Ansel Adams, Edward Weston y otros que se hizo llamar Grupo f64. Cuanto más cerrado está el diafragma, más nítida es la foto.
Recuerda, un diafragma muy cerrado, como el F64 (posible en pocas cámaras de gran formato), es la perfección a la hora de captar la realidad.
Haz un experimento (si eres miope, mejor). Abre un agujero minúsculo en tu puño, mira a través de él y verás cualquier cosa mejor enfocada que sin el uso del puño, del "diafragma accidental". (Habrás visto a personas miopes entornando los ojos para tratar de distinguir algo que no ven bien).
Acabas de descubrir que cuanto más cerrado esté la F (diafragma), más nítidas te quedarán las fotos. Claro, también pasa menos cantidad de luz camino al sensor, por lo que el sensor va a necesitar más tiempo para captar la luz.
7. Todo al revés
Sí, maldita sea. Si cierro el diafragma (F22, por ejemplo), obtengo mayor nitidez, pero también cierro el agujerito por el que pasa la luz y eso obliga a los hermanos (tiempo e ISO) a trabajar.
8a. Al revés, al revés
Sí, maldita sea. Si aumento el ISO (12.800, por ejemplo) porque he cerrado demasiado el diafragma (F), el ruido electrónico aumenta y pierdo nitidez, pero si lo disminuyo para ganar nitidez, el sensor en menos sensible y eso obliga a los hermanos (tiempo y diafragma) a trabajar.
8b. ¡Ñocs!
No me lo puedo creer. ¡Y si aumento el tiempo de exposición, la foto me sale movida!
9. Y tú dirás: ¡qué lío! ¡Nunca aprenderé todo esto!
Sí, dijiste lo mismo cuando te sentaste en un coche para conducir por primera vez (manejas tres pedales y debes sincronizarlo con las marchas y con el volante, ¡una locura!).
Vale Xisco, me dirás, creo en lo que dices, aprenderé, pero reconocerás que estos hermanos no se llevan nada bien.
Bueno, te respondo yo: no es así. Ellos se llevan bien. Si a uno le falta, el otro pone lo que falta. Pero ninguno de los tres es perfecto sin la ayuda de los otros dos.
Cuando hayas aprendido cómo funcionan y cómo se alían, dominarás la herramienta, la cámara. A partir de aquí, solo te faltará poner a volar tu talento.
10. ¡Hala, qué dices Xisco!, el talento no se hace, se nace con él...
Bobadas. Tengas un talentito o un talentote, si conoces las herramientas de composición, si sabes cómo romper las dos dimensiones con las que se expresan naturalmente las fotografías, si sabes comunicar algo más allá de lo que se observa trivialmente, tu talento se multiplicará.
Irás más lejos, con la técnica y con la manera de comunicar
La foto de aquí arriba podría haber sido una cascada, sin más. Pero va más allá, tienta a la imaginación del observador a que se conduzca a lugares abiertos, a salpicarse de agua, a sumergirse en la oscuridad...
Y todo eso se puede lograr antes del disparo (cuando algo te atrae), durante el disparo (cuando encuadras) y después de disparar una foto (en el revelado digital).
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