Fuego Líquido
Amas las puestas de sol. Lo sabes. Y te vas al único lugar de la isla desde donde la puedes fotografiar sin más compañía que aquello que te atañe: el sol de frente, el mar, el cielo.
Está claro que un fotógrafo que se precia, sabe lo que quiere fotografiar, va a por ello en el mejor momento del día, lo fotografía y logra un resultado espectacular. Claro que mi intención era fotografiar una puesta de sol. Bueno, ya sabes a qué me refiero, el sol que parece que se deshace en el horizonte, su esencia luminosa se diluye con sus reflejos sobre el agua. Quizá eso era lo que en el fondo estaba buscando.
Una de las ventajas de la fotografía de naturaleza es que tienes tiempo para llegar y escudriñar lo que se te presenta a los ojos.
Eso de los reflejos me atraía sobremanera. Se me había incubado en la parte creativa de mi cerebro mientras fotografiaba fachadas de edificios acristalados. Los reflejos del edificio en sí mismo, los reflejos del entorno siempre me ha parecido algo que encandila.
Así que, llevado por mi imán creativo, acabé precindiendo del sol, tal cual, y me centré en su reflejo en el mar.
No puedes esperar que la naturaleza te muestre exactamente lo que buscas. Y menos si se trata del mar. Nunca la tendrás a tu gusto, a no ser que la casualidad se alíe contigo.
Cuando llegué, imaginé que el mar agitadito, que hasta tuve que asentar el trípode unos metros por encima del nivel del mar, era más bien pernicioso para eso de los reflejos solares. Recuerdo que una ola traviesa reventó contra la roca de abajo y remojó el trípode (todavía, después de los años, lo tengo con restos de salitre).
Como eso que he dicho de que disponemos de tiempo para jugar va en serio, me dediqué a ir disparando con diferentes tiempos de exposición. Hasta que di con un tiempo que, cuando he querido disparar a asuntos en movimiento, me ha ido perfecto: 1/2 seg. Por un lado deja ver enfocadas partes de la imagen que no se mueven a mucha velocidad y, por el otro, muestra corridas esas partes, más pequeñas o grandes, que permanecen en movimiento.
Es justo en este tiempo de obturación cuando se da la fiesta que ando buscando.
Disparas una y otra vez buscando una suerte anunciada. Digo "anunciada" porque sabes que algunos elementos de tu encuadre, no sabes exactamente cuales, van a quedar espectaculares. Cuando después vi que el fuego parecía haberse acurrucado bajo la epidermis del mar, y cómo jugaba ese efecto con la espuma de las olas, supe que había dado con una serie de fotos grandes.
Días más tarde, meses más tarde, años más tarde, acudí al mismo lugar para estudiar si había alguna posibilidad de mejorar la exposición.
Nunca logré la mismas condiciones para disparar más veces y lograr "suertes anunciadas" más cercanas al éxito divino.
Por supuesto, he logrado fotos monas, pero nunca con tanta energía como Fuego Líquido. Podía cambiar la luz del sol, verse más difuminada por una niebla; o podía cambiar la superficie del mar; también cabía la posibilidad de que apareciera el viento...
Tuve colgada Fuego Líquido en la Galería Redwall Photogallery, en la calle Goya, Madrid y me encantaban las caras de aquellos que se detenían a mirar la foto. La alería, que pretendía vender las fotos de autor a bajo precio, lamentablemente acabó naufragando.
Datos técnicos de Fuego Líquido
El día del disparo, en el Mediterráneo, con el sol poniéndose en un cielo descubierto, me sobraba luz. Puse el ISO en 100 para obtener mayor nitidez.
Encuadré con el 70 mm, para no meter el sol en el encuadre, ni las rocas bajo el trípode y captar así la mayor cantidad de mar. Al mismo tiempo, la cercanía al objeto fotografiado me permitía ver las olas y sus espumas con cierto detalle.
Diafragma cerrado al máximo: f22. Necesitaba alargar el tiempo de exposición y, para compensarlo, cerré el diafragma. Aun así no fue suficiente para una exposición perfecta. Todas las capturas me quedaron sobre expuestas. Me arriesgué para lograr una buena exposición en el revelado RAW y lo conseguí.
Generalmente, al disparar con asiduidad, sabes hasta donde llega el rango dinámico de tu sensor, sabes hasta donde puedes llegar para lograr unos oscuros y claros con definición.
Tiempo de exposición: 1/2 segundo. El tiempo justo, como he dicho antes, para lograr definición y corrimiento, la mezcla perfecta del fuego reflejado y el agua.
Copia única
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