fotografía de portada: ©xisco fuster
La Fotografía de autor es la que venimos reivindicando en la Fotografía es mi Pasión desde siempre. El arte que se puede provocar con una instantánea es el tema que más nos atrae.
Tal como afirma Patricia Bofill, una de nuestras invitadas al reportaje de hoy, la Fotografía de autor es una carrera de fondo. Además, necesitas vivir de una manera especial. Es decir, no puedes ser oficinista y dedicarte a esto, a menos que no tengas familia, no veas la televisión y puedas tener tu mente en la creación mientras estampas sellos en los papeles.
La disposición vital pasa por adorar el arte de manera religiosa, donde tú eres su dios.
Esta semana hablamos de la Fotografía veterana de Andreas H. Bitesnich (AUT), nuestro elegido del blog Cada día un fotógrafo. Inauguran exposición Patricia Bofill (ESP) y Léa Habourdin (FRA).
Andreas H. Bitesnich (AUT), arquitectura con el cuerpo humano
Bitesnich se dedica a la fotografía de detalles adondequiera que vaya: Nueva York, París, India, Berlín, Tokio, Viena. Le encanta el retrato y destaca por sus desnudos, en los que trata de crear una forma que va más allá de lo humano, tomando como instrumento las dotes de la composición arquitectónica, es decir, la que tiene la fuerza de la gravedad como única norma que debe salvaguardarse y de la que debemos protegernos.
Puedes entrar en su web desde la ficha brillante escrita por Luis Martínez Aniesa en su blog Cada día un Fotógrafo.
El desnudo artístico le coloca como experto, también, en fotografía de estudio. Para él, probablemente, es necesario ejecutar estas tomas en interiores, para no compremeterse con el entorno (o para que el entorno no se entrometa en su trabajo).
Evocador es el uso del claroscuro con modelos negros.
Construye con la colocación de los flashes y construye, en esencia, con el cuerpo humano. Es decir, logra con su trabajo no solo olvidar la primera fase de cualquier fotografía (mostrar lo que se ha fotografiado bien iluminado), sino llegar más lejos con el objeto ofreciéndonos una nueva visión.
Patricia Bofill (ESP) en Fifty Dots Gallery de Barcelona
"Fotografías de lo invisible" es el título seductor título que Patricia Bofill le ha puesto a su exposición que, como se anuncia, alude a lo intangible, a lo que permanece oculto. Divertido para el arte de la fotografía donde solo existe una foto si existe la luz, lo visible, lo tangible, ¿verdad?
Nos pasamos la vida buscando motivos para fotografiar, planeamos viajes, contratamos modelos, armamos bodegones con piezas exóticas y, en cambio, Patricia se marcha a la sugestión pura para dar con lo que tenemos dentro.
La fotografía es una carrera de fondo, es exigente. Desde mi punto de vista sólo cuando alcanzas cierto nivel de madurez, calidad y autenticidad en tu trabajo tiene sentido plantearse ese tipo de cuestión.
'Fotografías de lo invisible' está formada por una serie de 20 fotografías teñidas de oscuridad proporcionada por la técnica de la clave baja. A nivel compositivo, utiliza principalmente formas circulares, en el centro de la imagen, para sugerir.
La oscuridad es quizá una de las armas más poderosas de la sugestión.
Hasta el 20 de marzo 2019 en Fifty Dots Gallery, Barcelona.
Léa Habourdin (FRA) en Mecànic
Topamos no solo con un "artista" conceptual, sino que además se ceba en el sensacionalismo para vender su "obra".
El "arte conceptual", en esencia, no tiene nada de contemporáneo; es tan viejo como las palabras. Las palabras bien hilvanadas se hilvanaron hace mucho tiempo. La poesía es la mejor y más intensa bandera de arte conceptual.
El "arte" conceptual es la gran engañifa a la que se aferran los galeristas desesperados en busca de una venta.
La sociedad es cada vez más idiota, más neurótica, más corderito que se deja manejar por otros. Otros que, y esto es lo peor, tampoco saben muy bien lo que hacen (a menos que hablemos de enriquecimiento material).
La mayor parte de la "obra" de Habourdin puede repetirla cualquiera con un móvil. Al día siguiente de cualquier fiesta gay puedes dar con al menos cien fotos mejores que esta de aquí arriba. Y con esas cien fotos ya disponemos de una exposición perfectamente consensuada, lineal, conceptual.
Henri Cartier-Breson afirmó que cualquier persona sacará al menos una foto genial en su vida, quizá diez. Imagínate lo que puede lograrse en la actualidad cuando la suma de disparos de las cámaras y sus sucedáneos (los móviles) se ha multiplicado por un millón.
Que alguien que se hace llamar "artista" (o lo que es peor "fotógrafo") publique una lámina como esta, mostrando una genialidad semántica, para vender sus fotografías me parece de un absurdo cósmico.
Si quieres asombrarte con los conceptos, sumérgete en la Filosofía.
Si lo haces, cualquiera de estos geniecillos semánticos te parecerá un niño al que se le han caído las palabras al suelo y, al reunirlas, ha sacado un cadáver exquisito (todo casualidad y después, la mente construyendo mientras trata de entender).
Se merecen una sonrisa. Darles más importancia boicotea, en general, el avance del verdadero arte (no solo en Fotografía).
Habourdin tiene alguna fotografía que merece la pena contemplar. La lástima es que precise de argumentos de solidaridad con la Tierra para crearse admiradores. Seamos sensatos. Nuestro planeta debemos cuidarlo mejor, sin duda, amarlo es amarse a sí mismos como integrantes de un todo perfecto.
Me lamento de ver algún plástico flotando en el mar Mediterráneo. En una ocasión, navegábamos en un velero y el capitán dio la vuelta para recoger una bolsa de plástico con algo de basura que se había desprendido del amarre en popa. ¡Plástico no, ok! Pero meterte en el tren del sensacionalismo para atraer hordas de idiotas que se creen todo lo que "dice la tele" resulta patético y dañino para la evolución del ser humano.
"Cuentos del fin del mundo". Hasta el 15 de marzo 2019 en Mecánic, Barcelona.
Buenísimo el post. Saludos.