Foto portada ©xiscofuster
El pasado sábado tuve la suerte de ver la exposición organizada por International Center of Photography en CaixaForum, "Robert Capa en color" para observar cómo se manejó el experto fotógrafo en los inicios de las fotos en color.
Robert Capa (1913-1954) está reconocido como uno de los mejores fotoperiodistas del mundo. La mayoría de sus fotografías, sacadas antes de la aparición de la fotografía en color, son de una importancia tremenda en la historia. Pero eso ya lo sabes (además, también he hablado de la importancia de la fotografía como documento para constatar la realidad histórica y su diferencia crucial con la fotografía artística).
Aquí voy a hablar del color en la fotografía
Entré en la exposición con la intención de aprender algo nuevo. Y, a pesar de mi resistencia a creer que obtendría el éxito en mis intenciones, aliada casi siempre con el escepticismo, conseguí aprender una serie de anotaciones que te voy a revelar.
Es curioso que la exposición se "venda" como una revelación del Capa desconocido, el Capa en color, como si sus fotos en color hubieran de ser una revelación arcana, un secreto a desvelar. De hecho, en la misma exposición se explica en sus paneles y cartas escritas por el mismo fotógrafo que sus mejores fotos no fueron en color y que, además, las revistas desecharon muchas de sus fotos en color para decantarse por las instantáneas en blanco y negro.
Pronto observé que algunas de sus fotos en color eran bastante caóticas. Ahora verás por qué.
El uso general de la fotografía en color era nuevo (él empleaba diapositivas, kodachrome, aparecidas por primera vez en 1935, y ektachrome). De hecho, en una de las cartas de Capa se anuncia la diferencia de calidad en el revelado de la película procesado en Inglaterra o en Estados Unidos. O sea, que en países de primer orden, todavía no se aclaraban.
Las 23 fotografías elegidas en la página web para la presentación de la exposición "Robert Capa en color" para atraer la atención de los visitantes están escogidas según los cánones modernos. Sin embargo, si vas a a expo, verás además otras fotos importantes que no son tan magníficas. Es más, en un banco de imágenes moderno, las habrían desechado por su falta de calidad.
Tal y como se afirma en las leyendas de la exposición de CaixaFórum, a la dirección de las revistas no les entusiasmaban las fotos en color. Extraño, ¿verdad?
Hasta esa época, la fotografía en blanco y negro era sinónimo de veracidad. Y la fotografía en color, aparte de ser más cara para ser imprimida en prensa, era también más torpe para ser vista con la misma facilidad que el sencillo blanco y negro.
La realidad de las fotos en color no complacía
Robert Capa se desplazó a Zürs (Austria) para crear un reportaje sobre la estación de esquí, encargado por la revista LIFE. Era el año 1949.
El color era un reto, una nueva manera de expresarse en la fotografía.
Y, por supuesto, los principios de la fotografía en color fueron caóticos. Cuando vi algunas de las fotos expuestas, en color, descubrí el pequeño caos que emergía en algunos de los encuadres.
No me extrañó nada que las revistas de mediados del siglo XX prefirieran las fotos en blanco y negro, con los protagonistas más claros, con los encuadres más limpios, con un mensaje más nítido. A LIFE no le gustó el trabajo de Capa sobre la estación de esquí, y no lo publicó.
De inmediato recordé una de mis fotos enviadas al banco de imágenes Shutterstock hace unos diez años y que me fue devuelta por "defectuosa".
Al leer el mensaje de rechazo sentí una decepción que seguro ya conoces, cuando te enamoras de una de tus fotos y, con el paso del tiempo, descubres que no es para tanto.
Cada vez me decepciono menos, claro, porque con la experiencia aprendes más, pero en 2010, sumergido en mi nueva tarea de introducirme en el mundo digital, reconozco que andaba un tanto despistado.
Desde el momento en que la disparé, sabía que, tras las niñas islámicas, en una playa de Dar es Salaam, en Tanzania, la muchedumbre vestida con vivos colores representaría un problema para distinguir nítidamente a las niñas.
No se trataba de una playa con chicas en bikini ni hombretones bronceados en ajustaditos boxers, sino una playa donde se reunían los nativos, preminentemente seguidores de la religión islámica. En la arena, los adultos vigilaban a sus niños, que eran casi los únicos que disfrutaban del agua del Océano Pacífico. Y permanecían casi todos vestidos: los adultos y las niñas que se metían en el agua. Los niños varones eran los únicos con una simple prenda que les cubría sus partes bajas. Quiero decir con ello que el salpicón de colores en la arena y en el mar era formidable. Distinguir cualquier asunto para destacarlo sobre el resto era cosa difícil bajo la luz del sol.
Cuando vi a las niñas, envueltas en sus ropajes, disparé con un teleobjetivo 200 mm.
Confié en que la escasa profundidad de campo fuera suficiente para deshacerme de las manchas de color tras las niñas. Pero no fue así.
En postproducción, me dediqué a desenfocar el fondo, todavía más, sin que se anulara por completo la visión de lo que existía detrás. Para mí y para la foto era importante ver a las niñas con la barbilla levantada y lujosamente vestidas junto al resto de las personas. Si las niñas hubieran aparecido solas, sin mostrar el contraste entre los que viven desenfadados disfrutando del frescor del agua y la manera "encorsetada" y altiva de las niñas, la foto habría disminuido su sentido. Necesitaba destacar a las niñas...
Sin embargo, el caos de colores repartidos por todo el encuadre, a pesar del desenfoque, seguía perjudicando la nitidez del mensaje de la foto.
Con el paso del tiempo, con el paso de mucho tiempo, acabé aceptando la crítica del experto de Shutterstock.
Y de pronto, la revelación definitiva
Con Robert Capa. El pasado sábado. Viendo su exposición.
Sucede que, además, la diapositiva, película que usaba Capa para sus reportajes, posee un rango dinámico muy corto, más corto que el de la película y su contraste es también mayor. Por ello, ayer, en la exposición, algunas fotos de Capa me parecían tan poco afortunadas como la mía de las niñas islámicas.
Rubricaba este nuevo conocimiento las fotos que Robert Capa hizo a Pablo Picasso. No tanto por su profusión de colores sino por el "aplastamiento" del impacto de sus instantáneas por culpa del color. Sus fotos en color sobre Picasso fueron rechazadas por dos revistas: Look e Illustrated.
Sin embargo, de un buen fotógrafo siempre sale algo bueno. Una de las fotos famosas de Capa es la de Picasso sosteniendo una sombrilla sobre su novia Françoise Gilot. En blanco y negro. Recuerda que antes si las fotos se disparaban en color, podían ampliarse en blanco y negro, pero las fotografías disparadas con una película en blanco y negro... solo podían ser pintadas si queríamos verlas en color.
Robert Capa siempre llevaba dos cámaras, una con su carrete en blanco y negro y otra con el carrete para sus fotos en color. Pero, hablando de la foto que nos ocupa, fíjate que, si la hubiera disparado en color, el azul del cielo, el azul del mar, el color del vestido, el color de la arena, los colores de la camisa del pintor habrían convertido la fotografía, que gracias al blanco y negro es muy directa y simple con su mensaje, en algo mucho más sucio, estéticamente hablando.
Sospechosa carencia del color
En 1947, Robert Capa se alía con el escritor John Steinbeck para pasar unos meses en la Unión Soviética. Pretenden mostrar cómo son los rusos en plena guerra fría. Nada de política, solo contenido social.
Las fotografías se publicaron primero en el libro de Steinbeck "A Russian Journal" ("Diario de Rusia") y más tarde en periódicos y revistas.
Capa no empleó mucha película en color y con la poca que empleó, a mi entender, obtuvo resultados mediocres.
El libro solo publicó en color la foto de la portada.
En posteriores ediciones, la foto de portada se cambió por otra en blanco y negro.
Capa había concentrado el uso de las películas en color para la Plaza Roja de Moscú.
Mi impresión personal fue que a Capa le entusiasmaba el nuevo uso del color, claro, pero sobre todo el color rojo. Utilizó el color en la Plaza Roja, utilizó el color en la Segunda Guerra chino-japonesa (1938) donde el protagonista de sus fotos era el fuego y usó el color para representar de manera emblemática a actrices como Capucine (la primera foto de este artículo), también vestida de rojo, en 1951.
Robert Capa, fotógrafo
Con este artículo pretendo demostrar que este eminente fotógrafo, uno de los mejores del siglo XX, fundador de la agencia Magnum, era tan humano como lo somos todos. Se le presentó el uso del color como una novedad para incluirlo en un trabajo de campo que llevaba años realizando en blanco y negro.
Nadie nace enseñado, Y la mejor manera de aprender y mejorar es trabajando, con cada disparo, con cada revelado, con cada fotógrafo reconocido que nos ha precedido.
He querido mostrar a un hombre aprendiendo. A dos fotógrafos, él y yo, aprendiendo. Al fotógrafo que tú eres, con ganas de aprender. Para que todos tomemos ejemplo.
A veces, debo reconocerlo, creo que solo tengo permiso para sacar fotos perfectas, dada mi experiencia, y necesito de ejemplos como este. Ejemplos que me demuestran que la mejor manera de formarse es disparando, preguntándose a qué disparo, por qué disparo y, sobre todo, cómo disparo. Y permitirme el error, saber que puedo equivocarme.
Si no me equivoco, no puedo aprender. Y si no aprendo, no puedo mejorar.
Pablo Picasso con su hijo fingiendo expresiones, un juego probablemente más productivo que el de pasar fotografías en Instagram a la velocidad del dedo.
Super interesante el aporte!!!