foto portada: ©xisco fuster. palma. españa
No es tan fácil como parece
Salir a la calle y hacer fotos que resulten mágicas es harto difícil. Claro que puedes salir un día y sacar tropecientas fotos con tanto nervio como tu dedo índice te permita, pero hablo de fotos geniales.
Los motivos para fracasar en una salida son varios y se pueden dar todos a la vez:
- fotografías a personas que no te han dado su beneplácito sobre tu intención de fotografiarlas.
- necesitas encuadrar con habilidad (muchas veces sin poner tu ojo en el visor).
- debes medio adivinar la exposición para que las fotos te ofrezcan todo su potencial de luces y sombras.
- debes buscar acciones que se salgan de lo común (no vale salir a la calle y ya está, porque te vas a encontrar a personas caminando normal, vestidas normal y con expresiones faciales normales).
Y, encima, tienes las leyes en contra.
Art. 7.5 Tendrán la consideración de intromisiones ilegítimas en el ámbito de protección delimitado por el artículo segundo de esta Ley la captación, reproducción o publicación por fotografía, filme, o cualquier otro procedimiento, de la imagen de una persona en lugares o momentos de su vida privada o fuera de ellos, salvo los casos previstos en el artículo octavo, dos. (Ley 1/1982)
Aunque toda ley tiene excepciones.
Empecemos por la primera:
Art. 2.1 No se apreciará la existencia de intromisión ilegítima en el ámbito protegido cuando estuviere expresamente autorizada por Ley o cuando el titular del derecho hubiere otorgado al efecto su consentimiento expreso. (Ley 1/1982)
O sea, que no puedes fotografiar a nadie aunque te dé permiso de palabra en medio de la calle. ¿Por qué lo aplica así la ley? Sencillo, un permiso verbal entre el fotografiado y el fotógrafo no se puede demostrar. Es necesario que figure por escrito.
Otra cosa es la realidad y el compromiso de las personas. Es decir, si te dicen que no hay problema, que les da igual que les fotografíes, en principio, puedes sacar la foto y es poco probable que suceda algo más tarde.
Art. 8.2 En particular, el derecho a la propia imagen no impedirá:
a) Su captación, reproducción o publicación por cualquier medio cuando se trate de personas que ejerzan un cargo público o una profesión de notoriedad o proyección pública y la imagen se capte durante un acto público o en lugares abiertos al público.
b) La utilización de la caricatura de dichas personas, de acuerdo con el uso social.
c) La información gráfica sobre un suceso o acaecimiento público cuando la imagen de una persona determinada aparezca como meramente accesoria.
Es decir, si fotografías a una multitud, una persona sale en tu encuadre y es perfectamente reconocible sin ser la protagonista, puedes publicar la foto sin problemas.
Lo mismo sucede con el Emprire State Building de Nueva york.
Si sacas una foto del edificio, que posee derechos de autor, y obtienes beneficios por esa foto, te pueden denunciar, a menos que saques una foto del skyline de Nueva York en la que aparezca el Empire State Building como uno más.
Art. 9.3 La existencia de perjuicio se presumirá siempre que se acredite la intromisión ilegítima. La indemnización se extenderá al daño moral, que se valorará atendiendo a las circunstancias del caso y a la gravedad de la lesión efectivamente producida, para lo que se tendrá en cuenta, en su caso, la difusión o audiencia del medio a través del que se haya producido.
Si has publicado la foto de alguien y no has tenido noticias durante cuatro años, puedes estar tranquilo, porque la protección ante intromisiones ilegítimas caduca a los 4 años.
Imposible sacar una foto legal en la calle
Eso parece, ¿verdad?
Según la ley, si alguien nos pide que borremos la fotografía justo después de haber sido tomada, debemos deshacernos de ella (a menos que nos aferremos a uno de los supuestos citados anteriormente en los que se permite el uso de fotografías, por cuestiones editoriales, como por ejemplo una persona entre otras decenas en la fotografía de una manifestación o una persona en segundo plano en la fotografía de un accidente automovilístico o no se le reconozca porque está de espaldas, por ejemplo).
Sinceramente, si ves que tu intención de no borrar tu foto va a generar violencia, desiste y bórrala. Seguro que tienes unas decenas de fotos más en tu cámara y la que te piden que borres no se diferencia tanto de las otras. Yo lo he hecho en varias ocasiones. Y no ha pasado nada. También puedes hacer uso del snapchat, y disponer de esa foto copiada en tu móvil (a menor resolución, pero la tienes).
Modo de obrar
Lo mejor es que cuando sales a la calle con tu cámara te sientas libre. Ya sabes, libre no es libertino. Libre es hacer lo que quieres sin perjudicar a los demás. Libertino es hacer lo que te dé la gana.
Sentirse libre es fotografiar con la ilusión de sacar fotos de calidad, fotos curiosas que no van a formar parte de un artículo donde se hable de las personas perjudicándolas. Tus fotos poseen sentido más artístico: mostrarás la foto sin comentarios parciales, sin títulos que puedan dañar la intimidad de las personas que aparecen el ellas.
Disparar en la calle y sonreír, abiertamente. Si te pillan, tu sonrisa podrá salvarte. O no. Ocultarse como lo haría un agresor, es contraproducente.
Recuerda que si una de esas fotos proporciona pingües beneficios y la persona se entera y te denuncia, no solo harás incumplido el derecho a la intimidad, sino que tendrás el agravante de haber ganado dinero a costa suya y un juez no te perdonará ni una cosa ni la otra.
No fotografíes a menores, a menos que sean irreconocibles o tengas el consentimiento expreso (grabado en vídeo, audio o por escrito de los tutores legales del menor).
Disimular con cámaras invisibles
A muchos fotógrafos les gusta llevar una cámara pequeña, manejable. Otros aseguran que el móvil es el instrumento invisible más adecuado; todos llevamos móvil y a nadie le extraña que lo sostengamos en la mano. Podemos sacar fotos incluso haciendo creer que estamos hablando por teléfono.
Otros fotógrafos llevamos la cámara réflex en la mano (no colgada del cuello). Te da libertad, pero la anatomía de la cámara no te permite sacar fotos horizontales con facilidad.
El famoso fotógrafo español Catalá Roca llevaba su cámara sin pentaprisma, es decir, se la debía colocar en la barriga para poder ver la imagen desde arriba. (El pentaprisma es lo que, a modo de periscopio, refleja el encuadre en el visor de nuestra réflex.)
Con este sistema, Catalá Roca podía encuadrar y disparar muy disimuladamente.
Un sistema que pocos emplean
Puedes llevar tu cámara réflex colgada del cuello, a la altura de la barriga, y solo dirigirla hacia quien quieres fotografiar, sin apretar el botón de disparo. La otra mano está en el bolsillo de tu pantalón, con un disparador remoto, y disparas cuando quieres, sin que nadie se entere (a menos que el silencio ambiente sea sepulcral y tu cámara arme el jaleoso click-clack propio de las cámaras réflex).
Lo mejor
Lo mejor es que no salgan caras, personas alejadas que solo pueden identificarse ellas mismas. Si se reconocen abiertamente, corres el riesgo de que alguien la tome contigo. Lo primero que puede hacer es seguir los canales adecuados, según dicta la Agencia Española de Protección de Datos. https://www.aepd.es/areas/internet/eliminar-fotos-y-videos-de-internet.html Es decir, te pedirá amablemente que la borres. Está en su derecho. Y tú debes borrarla.
Si no la borras, te puede denunciar, cosa poco probable. Si no ha habido atentado al honor o tú no has ganado mucho dinero con esa foto, si el contenido no es violento o comprometido para el denunciante de manera probada, el único motivo es la vulneración del derecho a la intimidad y un juez no es probable que te cargue con una pena dolorosa.
Lo único que puede inducir a esa persona a denunciarte es que no tiene un amante que le satisfaga y necesita pagarla contigo. Como eso sucede muy a menudo, lo sabes, es mejor que no entres en discusiones cuando disparas en la calle. Si lo haces, después saldrás a hacer fotos con miedo y habrás perdido: la foto por la que discutías, tu credibilidad y tu confianza.
Así que, para ser un fotógrafo resultón...
- Ignora a las personas que te rodean, a menos que soliciten tu atención. No les pidas permiso, porque si te lo dan van a posar para ti y perderás la espontaneidad del retratado. No las mires cuando las fotografíes secretamente y si te das cuenta de que te miran ellas a ti, demuéstrales con tu sonrisa que son un encanto y que por eso las has fotografiado. Si es necesario (porque salen perfectamente reconocibles y son protagonista en la foto), ahora sí, pídeles permiso. Cuando te lo dan, es poco probable que luego anden tras de ti con el derecho a la intimidad.
- En caso de que alguien se enfade y te pida ver la foto, enséñasela, demuéstrale tu inocencia y tendrás la posibilidad de quedarte con ella. Si, además, te pide que la borres, no te quedará más remedio que hacerlo, a menos que sea irreconocible.
- De todos modos, si, en general, tus intenciones son buenas, no tengas miedo, dispara a lo que te dé la gana. ten en cuenta que si pierdes alguna foto en el camino por desavenencias con los retratados, te quedará un montón de fotos más tan espectaculares como esa.
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