Las fotos de todo el mundo
Pasear por la calle y por el campo, disfrutar de fiestas con los amigos, de cenas, de eventos deportivos...
¿Qué objeto está con nosotros en todas estas ocasiones?
El teléfono. Aprovechamos su función de cámara de fotos para recoger imágenes que para nosotros tienen un gran valor sentimental. Después las mandamos por Whatsapp y las colgamos en Instagram y las comentamos en Facebook. Son fotos-fiesta, fotos-laalegríadevivir. Importantísimas.
Si la Fotografía se ciñera a eso, nunca habría sido considerada una disciplina artística.
Este acto de fotografiar la vida social, que se repite millones de veces a lo largo del día en todo el mundo, nos ha llevado a creer que la Fotografía es, en esencia, la captura del momento.
Puede suceder que, yendo con una cámara réflex y tus objetivos, de pronto, pases con tu coche junto al campo por que has pasado tropecientas mil veces y la luz hoy se muestre mágica, intensa, como si existiera el sol, sin embargo está nublado y, encima, hoy está lleno de caballos sueltos galopando de un lado a otro como si estuvieran enamorados.
Detienes el coche, sacas unas fotos espectaculares y las publicas en los medios.
Respuesta del público, en general: ¡Guau!, ¿cómo has hecho esto? Y tú arderás de felicidad. Irás diciendo por ahí que eres fotógrafo. Y querrás hacer fotos en bodas y en eventos y...
Si eres de los que piensa así y sigues leyendo en vez de pensar que el que escribe es un amargado o cualquier otra cosa muy divertida, es porque en el fondo posees la humildad suficiente para aprender (primero) y para triunfar (si tienes paciencia).
En primer lugar, deberías reconocer que la calidad de las fotos de los caballos que sacaste y publicaste será la misma que tiene el resto de tus fotos.
La calidad de una foto viene marcada por lo que muestra, pero sobre todo por cómo lo muestra.
Tus fotos de los caballos serán tan buenas como aquella que también sacaste un día a una boñiga de vaca (traducción casi literal de la famosa expresión inglesa "bull shit"). Lógicamente, el público, si le dieras a elegir, preferiría la foto de los caballos. ¡Qué bueno eres!, te dirían.
Y, ¿qué pasa cuando alguien se vuelve famoso gracias a una casualidad?
Que cuando le piden más "casualidades", no salen. Ni sabe construirlas.
Primer paso del fotógrafo de verdad
El verdadero fotógrafo es aquel que sabe crear a partir de elementos aislados. Por ejemplo, unas flores sobre una mesa. O colgadas de cualquier sitio. Boca arriba, boca abajo, aplastadas, vivas o muertas. Si iluminas las flores por la izquierda, las flores te cuentan una historia. Si derramas la luz desde arriba, igual hasta permanecen calladas. Si las iluminas por debajo, puede acontecer un mundo nuevo.
De una manera u otra, el diálogo lo marcas tú con estos elementos esenciales:
1. tus luces,
2. cómo colocas las flores,
3. qué fondo empleas,
4. qué elementos has puesto junto a las flores.
Todo junto, sumado a tu manera de encuadrarlo con tu cámara y de crear campos de enfoque con tus objetivos, construye un mensaje. Se trata de comunicar algo. Y no se trata de escribir una novela; el mensaje puede ser tan sencillo como: te muestro un pedazo de pasión, de tristeza, de nostalgia...
La Fotografía construida, para todos
No cuenta esa foto cuyo mensaje solo entiendes tú. El lenguaje que emplee la foto, el lenguaje visual, se obliga a ser universal. ¡Froñch!, el lenguaje visual lo entiende cualquier humano. Y yo estoy seguro de que hasta los animales pueden llegar a entenderlo.
El lenguaje visual de toda fotografía es la redacción del mensaje. Tú fotografiarás un asunto personal (por ejemplo, el canto rodado que te regaló tu novia sobre una lápida) que acude a tu memoria personal (lápida bajo la que tu novia está enterrada) para sentir una emoción general (pena).
Pero, ¿has pensado en los demás? ¿has pensado en ti mismo cuando tu memoria haya sepultado el recuerdo-detonante bajo años de olvido? ¿Crees que a la gente se le encenderá la pena cuando vea el canto rodado en tu foto? Podrías conseguirlo, claro que sí, pero haciendo una buena foto que parezca un asunto general que acuda a la memoria general para crear una emoción general.
Algo más que Fotografía
Para ser artista es necesario que conozcas el mundo. Que sepas entender el universo conocido para poder expresarlo después y que todos... A lo mejor muchos no entenderán tu mensaje... Esto me divierte muchísimo. Me explico.
Hace unos 30 años, como amante del arte, yo me las daba de muy entendido en lenguaje visual. En una exposición de pintura (abstracta) de Josep Guinovart (fallecido en 2007), el la Galería Pelaires, les contaba a mis amigos los mensajes que yo leía en una de las obras del pintor. Cuando acabé, inflado de satisfacción, tuve la suerte de contar con la cercanía del mismo Guinovart, así que le pregunté si todo aquello que había pintado significaba lo que yo había interpretado.
Josep Guinovart me contestó sonriente: "Bueno, si tú lo has visto así, será que así es".
Ese día se me brindó la consigna para comprender que, además de sugerir con tu obra como comunicador, debes sembrar una serie de "asuntos" en tu imagen para que el que la observa saque sus propias conclusiones. El arte es libre.
Pero no libertino. Se podría pensar que, si cien personas miraran una nube y se les preguntara qué ven en ella, obtendríamos un zoológico en las respuestas. Sin embargo, una nube, por bella que sea, no es una obra de arte.
Impresiones en una Galería fotográfica
No hace mucho abrí una galería de arte en Madrid, Redwall Photogallery (la cerré al poco tiempo; el arte es difícil de vender y mi bolsillo no se armó de suficiente paciencia). En la galería, tuve la oportunidad de sonsacar a los visitantes las impresiones de una u otra obra fotográfica.
Pude comprobar que una obra de arte, siempre, habla por sí sola. Y que cada observador mantendrá un diálogo personal con ella. Es verdad que muchos coinciden en ver lo mismo pero, lo más curioso, es que coinciden a grosso modo, no en el detalle. Por ejemplo, en una foto mía del cielo reflejado en vino tinto en una copa, la gran mayoría veía sexo, pero muchos de ellos no supieron decirme por qué o qué veían exactamente. Y lo más divertido es que yo, cuando hice la foto, no pensé en sexo, sino en el placer de beber vino bajo el cielo azul en verano.
En cuanto a los artistas, desgraciadamente, los hay que proclaman, ante una obra maestra creada por ellos, que tal genialidad se les ocurrió sin pensar, que salió de ellos tocados por la mano de Dios. ¿Cómo se le llama a eso? ¿Suerte? ¿Marketing?
Las fotos tuyas
En fin, volvamos a ti. Si dominas los elementos que intervienen en una fotografía, es decir, qué fotografías, cómo lo muestras, cómo lo iluminas, como lo encuadras vas a aprender tanto que, cuando un día, una manada de caballos surja enamorado en un campo tocado por la luz mágica del sol, todo el mundo sabrá, al ver la foto, que es tuya. Y no lo sabrán por los caballos.
Gracias por tu post. Un cordial saludo.