Foto portada: ©xisco fuster
Sigo asustado tras escuchar la sentencia del famoso fotógrafo Sebastiao Salgado sobre la extinción de la Fotografía en 20 años. Tiene razón.
En realidad, me asusto cada vez menos. Y, cuanto menos me asusto, más me alegro de ver el camino que tomará la Fotografía en estas dos décadas antes de extinguirse.
Lo que no se puede hacer es negar el presente.
Ahora no se precisa a un experto en cámaras para asegurar un disparo ni un experto en fijación de imágenes en soportes físicos. Cualquiera que se esmere un poco puede sacar una foto correcta e imprimirla o mostrarla en una pantalla. Entonces, ¿por qué estoy tan contento de la extinción?
Es una especie de selección natural darwiniana. Si todos somos capaces de sacar fotos correctas, solo quedan dos vías para triunfar:
- tener una capacidad de encuadrar única, una manera de componer perfecta, una personalidad difícil de copiar por otros. La manera de venderse influye, claro, pero no es de esto de lo que estoy hablando. Por ejemplo, ayer mismo estaba viendo algunos vídeos de la cantante negra Akua Naru. Lo primero que me gustó fue la decoración del lugar en el que canta, siempre hogareña; hasta en uno de los vídeos canta sentada en un sofá, con las piernas cruzadas. Es un asunto importante crear una marca: "la cantante negra que canta en el salón de casa". Hablo de que cuando alguien vea una de tus instantáneas, sepan que es tuya, que lleva tu firma. ¿Difícil? Ñum, casi imposible.
- o bien, intervenir la Fotografía más allá del disparo. Es decir, imprimiendo la foto de manera diferente al resto o manipulando la impresión o torciendo radicalmente la realidad sin que el observador se sienta estafado, sino todo lo contrario.
Aquí quiero hablar de la manera de trabajar tu obra, más allá del diaparo, o antes de él, o durante el disparo.
Llevo largo tiempo esta semana indagando en la actualidad de la Fotografía en el mundo y he dado con buenos fotógrafos que exponen sus instantáneas, pero pocos de ellos (aunque estoy seguro de que lo desean) no han dado el paso para exponer obra que se acompaña de una intervención más allá del disparo.
Más allá del disparo
Significa que, tras obtener una instantánea, la trabajas, tanto por medios físicos como virtuales. Manipular una foto metiéndole circulitos de colores o rayas amarillas en postproducción lo puede hacer cualquiera. Cada vez que mento esta expresión, "lo puede hacer cualquiera", me acuerdo de las críticas hacia las pinturas de Joan Miró o Picasso, ya sabes, "esto lo puede hacer un niño".
En la postproducción digital sucede lo mismo. Cualquiera puede abrir el Photoshop y empezar a mantener una relación onanista con el programa para acabar desparramando un placer que solo disfrutas tú.
Querido, querida, hacer una foto es compartirla con el mundo, hacer el amor con él, con el mundo, y para ello es preciso que os entandáis.
Por ello, lo primero es que el comunicador separ expresarse con genial claridad.
Esta semana, los cianotipos de Anna Atkins (GBR) se exponen en la New York Public Library y, de Cada día un fotógrafo, nos quedamos con dos autores: Eli Garmendia (ESP) y Alnis Stakle (LVA).
Anna Atkins (GBR), la primera fotógrafa
Esta mujer fue "el primer hombre" en publicar sus fotografías en un libro. Digo que "es un hombre" como ironia con la historia machista, pero ahora las cosas van cambiando y, tal y como apunta Luis Martínez Aniesa en la entrevista publicada aquí, además debe valorarse su manera de superarse ante un mundo adverso. Sus fotografías las había creado Atkins en pleno siglo XIX por el método de la cianotipia.
La cianotipia es un método en el que se impregna un papel con una solución de potasio, amonio y hierro. Esta solución es sensible a la luz. Cuando la luz incide sobre ella, se tiñe de azul. Colocando una ramita con una flor, un alga, unas tijeras, cualquier cosa sobre el papel, queda su sombra en un tono blanco o menos azulado. Después se fija la impresión enjuagando el papel o con agua oxigenada.
La exposición Blue Prints: The Pioneering Photographs of Anna Atkins la puedes ver en la New York Public Library de Nueva York. Hasta el 17 de febrero 2019.
Eli Garmendia (ESP)
La intervención de elementos ajenos al disparo mismo nos lleva habitualmente a inferir con nuestro imaginario personal sobre lo que se nos muestra. Una tarea nada fácil, tal y como he comentado antes hablando del pintor Joan Miró o Picasso.
Eli Garmendia domina el disparo (de la misma manera que Miró o Picasso sabían pintar perfectamente antes de entrar en lo abstracto). Si entras en su web (el enlace te lo brinda su entrada en cada día un fotógrafo), su obra "Fuego" hace uso de una de mis intervenciones favoritas: el fuego sobre la fotografía impresa.
Después (quiero aprovechar para incidir de nuevo en el verdadero conocimiento del arte conceptual), si lees las leyendas que acompañan las fotos (que hablan por sí mismas), obtendrás una información que te enriquecerá pero NO te explican lo que ves.
Alnis Stakle (LVA)
Jove fotógrafo letón que encontramos entre los fotógrafos publicados esta semana en Cada día un fotógrafo. Sabe hacer de todo, paisaje o fotografía arquitectónica. Esto es lo importante: primero dominar tu profesión y, después, saltar al vacío. Un vacío en el que no te estrellas como artista, porque lo eres (lo has demostrado dominando todos los pormenores de la Fotografía), aunque sí te encontrarás con algunas piedras en el camino (ya sabemos que hay gente que opina que las pinturas de Picasso son infantiles).
Stakle interviene digitalmente sus fotografías dando un paso hacia adelante. Por ejemplo, si entras en su página web, en la sección Shelter (encontrarás su enlace en Cada día un fotógrafo) verás fotos de paredes con texturas descascarilladas. Yo tengo una decena de fotos iguales, pero nunca me atreví a huir de la realidad. Es decir, ya sabes, las contrastaba, le daba un suave viñeteado irregular pero siempre permanecía atado al concepto de no desvirtuar la realidad. Y, así, no entrada en el mundo de los artistas.
Pue bien, él se atreve a colorear lo que le da la gana. Y lo hace bien. Porque al final logra comunicar una sensación final en la que solo te sientes estafado si solo miras los colorines y después afirmas convencido que eso podrías hacerlo tú. Inténtalo, enséñaselo a tus semejantes, pídeles opinión y comprenderás perfectamente de qué te estoy hablando.
Otros inventos fotoimpresionantes
Si te interesa la intervención física sobre tus fotografías, inventos los hay a millones. Depende de tu imaginación. Con fotografías impresas, las puedes mojar y desgarrar, las puedes arrugar, las puedes romper en pedazos y reconstruirlas de mil maneras diferentes, las puedes quemar parcialmente...
Un invento que descubrí en una feria de arte en Bogotá hace unos años fue la del revelado ecológico. ¡Ya está, pensarás, otra etiqueta fascinante que solo significa apariencia! Pues no. Se trata de emplear el mismo sistema de Atkins, es decir, colocar un objeto sobre un material fotosensible, pero este material es la hoja de un vegetal.
No necesitas cámara, ni negativos ni ordenadores ni químicos para el revelado.
Al colocar un objeto, unas tijeras, por ejemplo, sobre la hoja vegetal expuesta al sol, en la parte ocupada por el objeto se deja de gestionar la fotosíntesis con lo que la marca de las tijeras se diferencia del resto de la hoja. O sea, la luz ultravioleta del sol es el revelador.
Para preservar la impresión, basta con cubrir la hoja con silicona transparente con un filtro ultravioleta, con lo que la hoja queda intacta.
En el siguiente vídeo puedes aprender una técnica artística muy similar basada también en la fotosíntesis. Te va a encantar.
Para aprender algo más, aquí tienes las explicaciones de un señor que te habla de la conservación del producto final muy amablemente (youtube).
En cuanto a la foto de portada...
Se trata de una foto que imprimí en papel. Lo mojé para que algunas tintas se corrieran. Luego pinté con arcilla. Hice una foto al trabajo terminado y voilà!
En cuanto al sentido artístico, ¿por qué le puse tierra a un ave aérea que además vive de lo que pesca en el mar? Ya te lo imaginas: tierra, aire, agua... Quizá le falte el fuego. O quizá no.
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