Arte y profesión son dos temas diferentes
El fotógrafo artista no solo es es capaz de desarrollar los temas que domina un profesional, sino que normalmente los supera. También, claro, existe el profesional que sabe darle arte a sus fotos cuando dispone de tiempo libre. Lamentablemente, los fotógrafos con grandes dotes técnicas y al mismo tiempo artísticas no abundan.
Recuerdo a menudo la sonrisa de satisfacción que una colega fotógrafa especializada en deportes dibujó en su cara cuando me mostró una foto con unas 9 sillas de una grada vacía. Eras sillas blancas, con respaldo, alineadas sobre una estructura de cemento. Estéticamente, la foto no contaba nada. Si cualquiera de nosotros se fuera ahora a un estadio y quisiera sacar la foto, obtendría lo mismo que logró mi colega.
Foto parecida a la que me mostró mi amiga.
Se trata de una profesional con unos 20 años de experiencia, centrada sobre todo en deportes. Fotografía a deportistas en pleno ejercicio en un campeonato y les fotografía en sesiones privadas para la marca personal del deportista.
“Esta foto no dice nada”, le comenté sobre la foto de las sillas. Es verdad, debería haber sido más cortés. Me di cuenta después, cuando ella me replicó: “No entiendo por qué lo dices. Es el Campeonato Nacional de Esgrima y no vino nadie, las gradas estaban vacías”.
Cierto, como fotografía periodística, era una foto válida. Como foto aislada, seguía sin valer nada.
Para empezar, en Fotografía Artística, los objetos repetidos (patrones) necesitan de un estímulo que los identifique y los haga parecer más rotundos, como por ejemplo darles un tratamiento envejecido que los muestre carcomidos, viejos, acabados, inútiles o que los contraríe, es decir, si vemos una avestruz sentada en la grada, seguro que nos llama la atención y nos preguntamos algo más allá de lo trivial.
El Arte va más allá de lo simple
No solo para el que crea la foto, sino también, claro, para quien se pone a leerla.
Rubriqué, una vez más, que algunos fotógrafos lo son porque no han hecho otra cosa en su vida y lo son porque lo parecen cumplen con su trabajo: mostrar algo.
O quizá la Fotografía Artística es un mundo al que no acceden. Son fotógrafos, pero no son artistas.
Unos años más tarde, me pasee con un fotógrafo por las heladas calles de Nueva York. Íbamos haciendo fotos y nos las íbamos enseñando. Andábamos jugando, creciéndonos el uno con el otro, a pesar del frío polar, las aceras heladas, la gente ausente...
Detalle de la fachada del Word Trade Center de Nueva York.
Al cabo de un rato, andaba yo preguntándome cómo se llamaba profesional a sí mismo ese fotógrafo.
Rompía las reglas básicas, ponía cabezas enfocadas en encuadres que mostraban otro elemento protagonista, sus encuadres en general eran caóticos... “Claro -me dirás tú que lees esto con interés y piensas y te preguntas cosas- a lo mejor tú no entendías que estaba creando arte”. ¡Buf!
Arte no es hacer lo que a uno le da la gana. Todo lo contrario
Si quieres una prueba, te diré que, en cuanto le comentaba humildemente esas pequeñas “irreverencias” en los encuadres, él me agradecía que se lo hiciera notar. Un aplauso para él, sí señor.
No estamos hablando de un inútil. Algunas de sus fotos poseían visiones especiales que me agradaban, que me estimulaban (a pesar de que seguía viendo incorrecciones).
¿“Incorrecciones”? Llamo incorrección a algo que se ve en el encuadre, en la foto y no tiene una función útil, ni técnica, ni artística ni de significado; solo sirven para molestar, para entorpecer el mensaje sublime que tratas de comunicar como fotógrafo.
Poco después me dijo que le habían contratado para una campaña publicitaria en un país latino. Comprobé una vez más que algunos fotógrafos lo son porque lo parecen.
La fotógrafa especializada en deportes de quien he empezado hablando en este artículo, hace unos días, me dijo que se había encargado de otro Campeonato, que había contratado a otros dos fotógrafos y que entre los tres habían disparado unas 100.000 fotos el fin de semana. ¡Vaya, pensé yo, seguro que sale alguna foto buena!
¿Quieres decir, Xisco, que yo, que llevo poco haciendo fotos y lo siento con pasión, soy mejor que ellos? No sois mejores ni peores. Unos sirven para cumplir con los protocolos y otros para romper las normas y crear emociones. Uno es fotógrafo capaz de captar con calidad cualquier asunto que se le plante frente a la cámara y el otro es el fotógrafo que domina la técnica y la sobrepasa.
Los protocolos de la Fotografía
Algunos fotógrafos profesionales protocolarios llevan una vida dedicada a la Fotografía sacando lo que la gente espera de ellos.
Recuerdo el cabreo enorme de un director de agencia inmobiliaria tras contratarme para una fiesta que celebró en su agencia. Fotografié a los asistentes distendidos, disfrutando de la reunión, hablando entre ellos, sonriéndose... Él me dijo que esperaba las fotos normales, las fotos de grupos de gente posando frente a la cámara.
Lo mismo a lo que defiendo sucede con los reportajes de fotos de bodas de la actualidad. Cada vez menos, se buscan las típicas fotos triviales que se hacían nuestros padres. Se prefiere espontaneidad. Aunque no todos andamos con el mismo tiempo.
Si tú sientes lo que fotografías de una manera especial, si pretendes comunicar de una manera única, es probable que, tras años de práctica y preguntas y respuestas, de equivocarte y reconocerlo después, no solo los superes, sino que vas a poder darles clases a los fotógrafos protocolarios que siempre fotografían lo mismo de la misma manera.
Tus comentarios…