Hacer fotos con la Cámara Réflex bajo la superficie del agua da algo de miedo...
Sabes que si le entra agua, te quedas sin cámara.
Pero es algo que, si amas la Fotografía, necesitas hacer.
Te presento aquí el vídeo con la experiencia completa (y segura). Más abajo, puedes ver algunas del las fotos que salieron.
Tal como cuento en el vídeo, algunas fotos quedaron desenfocadas. Estás en un medio, el mar, que no se está quieto. Por eso debes disparar con unos registros muy seguros:
El diafragma en F5.6, lo suficientemente abierto para poder alcanzar un tiempo de exposición de 1/400 seg pero no tanto como un F2.8 porque la profundidad de campo sería mínima.
Nos aseguramos estos valores con un ISO 400.
Debes disparar a ráfagas, no solo para captar el movimiento de la persona que se lanza al agua, sino también para que el enfoque automático encuentre su punto exacto en la figura que queremos fotografiar, si no en la primera foto, en la segunda y en la tercera y en la cuarta... con cada pulsación del disparador (hasta 5 ó 6 fotografías en cada ráfaga).
La funda tiene pinta de no poder superar la inmersión, pero lo hace sin problemas. Eso sí, fui muy cauto de no rayarla con las rocas puntiagudas. Sobre todo el plástico que separa el objetivo del mar, que no es de mucha calidad y si encima lo rayas...
Como la luminosidad y la nitidez bajo el agua son menores que en el aire limpio, es necesario que te esmeres en el revelado digital. Ya sabes, dispara con RAW y ¡a trabajar! No hay premio sin esfuerzo (normalmente).
Probar la funda antes
También hice una prueba antes de lanzarme al agua. Sumergí la funda con la cámara un instante, primero más corto, después más largo, para comprobar que no le entraba agua.
Y luego, ya lo has visto en el vídeo, a disparar y a disparar y a disparar. Es decir, la chica se lanzó al agua unas 15 veces.
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