foto portada ©xisco fuster. Palma de Mallorca
Los editores prefieren a los fotógrafos locales para los reportajes sobre una ciudad. Argumentan que los nativos conocen mejor que nadie los lugares y perspectivas más bellos, los mejores momentos del día, por la gente y por las luces. Otros editores más audaces, sin embargo, se decantan por la mirada diferente, única, que puede ofrecer un reportero extranjero.
Desde luego, es curioso, la ciudad que nosotros como fotógrafos menos nos apetece fotografiar es la nuestra. Lo sabes, que te has marchado a Londres o a Nueva York y estás con la cámara dándole al click cada segundo. Y, en cambio, en tu ciudad todo es aburrido, te parece que siempre lo mismo.
Nos acostumbramos a la belleza y la olvidamos.
Fíjate, mientras escribo, estaba buscando fotos sobre mi ciudad, "Palma", y no tengo ni un solo archivo con ese nombre. Sí tengo carpetas con nombres como "Nueva York", Bogotá", "Madrid", "Dar Es Salaam" o "Manizales", porque son ciudades que he visitado.
Según esta lógica, no visito mi ciudad. Está quizá demasiado adentro.
Vemos nuestra propia ciudad como parte de nuestra piel sin detenernos a pensar que existe. No es una ciudad, sino partes de ella: tal monumento, tal calle, tal museo...
Un buen ejercicio para aprender a valorar lo que tenemos (y lo que somos) consiste en fotografiar tu ciudad como si fueras un extranjero. Pruébalo, aunque creas que tu localidad es pequeña y sin tanto atractivo como otras a las que idolatras. El encanto vas a tener que ponérselo tú a tus fotos con tu peculiar mirada. Así, de paso, te pules como artista. Y el día que vayas a Nueva York, sabrás sacarle un jugo espeso de genialidad.
Nueva York, la reina
Hablando de encanto, podemos diferenciarlo según su origen. Puede provenir de:
- la ciudad misma
- o de lo que se hace en ella.
En el primer caso, encontramos a la ciudad más fotografiada del mundo, Nueva York. Y en el segundo lugar, damos con Los Angeles (les siguen Londres, Barcelona, Manchester, Sidney, Buenos Aires... a partir de la base de datos de IMdb).
Desde que era joven me di cuenta de que cuanto más mezclada está la sangre de una persona, más capacidad intelectual y artística muestra. Recuerdo a una joven nacida en Austria, de padres chino y sueca, que se había criado en Argentina y por fin residía en España que sabía hablar español, alemán, chino, sueco, tenía dos carreras, se había lanzado en paracaídas y era un encanto.
Nada que ver con aquellos que se han criado en una ciudad pequeña y no han salido de ella en su vida.
Pues lo mismo sucede en Nueva York. Sus gentes provienen de todo el mundo y en ellas se manifiesta un alto grado de cosmopolitismo. Las series de televisión, los puentes que unen Manhattan al continente, su parque central, la exquisitez postiza de sus habitantes, los que la visitan por unos días o los que tratan de asentarse convierten la urbe en un álbum de fotos maravilloso.
Nuestra ciudad
Permíteme que te convenza de que tu ciudad es mágica.
Depende de ti. De cómo la mires. Sin ti, la magia no existe de ninguna manera.
Lo sabes, si te dedicas a la Fotografía. Si estamos en Madrid, por ejemplo, y nos dirigimos a la Cibeles, probablemente todos haremos la misma foto, con un angular, y sacaremos los coches rodeando la fuente y querremos que salga el Banco de España, el Palacio de Comunicaciones y, si nos cabe, al fondo, la Puerta de Alcalá.
Si una editorial te pide que saques fotos que reflejen el lado turístico de la ciudad es evidente que vas a sacar fotos como la descrita, con ángulos abiertos que muestren mucha información. Pero, ok, pon que lo haces, ¿se te ocurre alguna idea para que, con el mismo objetivo angular, de día o de noche, tu foto sea diferente a la del resto? Piénsalo, porque si la Fotografía quiere mantenerse a salvo como disciplina artística va a tener que ingeniárselas. Ya sabes a qué me refiero. Todo el mundo hace fotos. Mucha gente dispone de cámaras que a lo mejor son superiores a la tuya (aunque no sepan ni utilizarlas). El resultado artístico es el que marcará la diferencia.
Esta fotografía, por ejemplo, está tomada desde la azotea del Círculo de Bellas Artes. Probablemente, todo fotógrafo que se precie se ha subido ahí para sacar fotos desde lo alto en Malasaña. En la foto terminada, me he permitido el lujo de resaltar las partes doradas de la cúpula, menospreciando los colores ya de por sí exiguos del resto. Además, en postproducción, he acortado la profundidad de campo, dejando la cúpula más limpia. El problema de la foto original suponía una algarabía de grises en la cúpula y el fondo; la escultura superior perdía sus perfiles casi absolutamente, pues es un gris sobre otro gris.
Tanto gris no ayudaba en nada a la composición del encuadre, así que hice lo que pude para restarle importancia al fondo.
El caso es que esta foto, con la cúpula y la escultura, lo tienen en sus móviles miles de personas, pero ninguna de esas fotos es igual a esta.
Esta foto del voladizo del Museo de Arte Contemporáneo Princesa Sofía tiene mucho de Madrid. Muestra el cielo característico de la ciudad, su modernidad, en rojo, como el alma de sus habitantes, siempre en bares compartiendo los momentos dulces del día, y muestra también antigüedad, en la parte inferior y el reflejo.
Esta foto jamás se elegiría como una postal característica de la ciudad.
Te vas a Nueva York, a la zona cero, y, a pesar de estar a una temperatura bajo cero, resbalando sobre el hielo de las aceras de Manhattan, te sumerges en la creatividad y logras dar con imágenes diferentes.
Claro que también saqué otras fotos menos audaces, como la del nuevo World Trade Center, pero mi gran tesón pasa por ser único. No lo conseguiré en muchas ocasiones, pero, con el paso de los años y miles de disparos, ya van surgiendo fotos únicas.
Y que quede claro que cuando hablo de miles de disparos no me refiero a disparos catatónicos, sino meditados todos ellos.
Gracias a esta consigna, la de ser único, vas en busca de fotos que crees que pueden resultar diferentes. En la de aquí abajo, de la ciudad de Bogotá, fui a buscar la ciudad iluminada por sus luces propias y bañana todavía por los últimos rayos del día. Tuve la suerte de dar con un cielo encantador. La foto enamoró a los editores de la Guía Gastronómica de la ciudad y presidió su stand, en enormes dimensiones, en la Feria de Turismo Anato 2016.
Es toda tuya
La tienes delante todos los días. Prográmate salir con un cometido: el de sorprenderte con lo que ves. Imagínate de otra nacionalidad. Búscale las cosquillas a tu ciudad.
Las tiene, a flor de piel
No es necesario que te sumerjas en sus suburbios buscando una belleza por sorpresa. La belleza la tienes delante. Dale la oportunidad de seguir siendo quien es y fotografíala.
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