En el Tiempo de la Fotografía congelamos la realidad en una milésima de segundo
El Tiempo de la Fotografía es imprescindible. Junto con el diafragma (F) y el ISO, el Tiempo conforma el trío por el que se regula la entrada de la luz en la cámara que llega al sensor. El sensor recoge la información luminosa y la convierte en una imagen, la convierte en tu foto. Aquí es donde congelamos la realidad.
Una realidad que quizá no se repita, como el gesto de un tenista detenido en el tiempo gracias a un disparo con tu cámara de una milésima de segundo. ¿Te atreves a disparar en la misma milésima de segundo junto con un amigo? No es que no te atrevas. Es que no lo vais a conseguir... Bueno, si disparas mil veces...
A este respecto, tal y como dice Cartier-Bresson, es mejor esperar al disparo perfecto. Disparar mil veces lo hace cualquiera y, entre un doisparo y otro, te puedes perder la foto buena, la que estarías esperando si la estuvieras buscando.
Una realidad de una milésima de segundo, además de no poder hacerla coincidir con otro ser humano, es también incapaz de ser vista por nuestro ojo o captada por nuestra percepción, porque sucede demasiado rápido. ¿Una gota con forma de corona al estrellarse? Sí, congelada en el tiempo gracias a un disparo de una milésima de segundo, por eso la veo.
Se trata de una realidad que se le escapa a nuestras prisas cotidianas.
El Tiempo también se dilata en Fotografía
Porque la realidad puede ser más lenta: 3 segundos, 4 segundos, 5 segundos, detenidos en una imagen. ¿Las luces de los coches forman estelas como la espuma de las embarcaciones a motor en el mar? Sí, en el tiempo alargado, las estelas forman líneas. Una imagen congelando el tiempo de 6 segundos en el instante que miras la foto, que no se mueve.
La cámara detiene el tiempo con sus disparos, detiene las acciones o las revela a los ojos incrédulos de quienes descubren una realidad más allá del compás de nuestra respiración.
El tiempo durante el cual el obturador permanece abierto, a nuestras órdenes, se encarga de darnos lo que buscamos, de permitir que la luz impresione el sensor ahora con una milésima de segundo o que lo llene con la luz que le mandamos durante 1/30 de segundo o 30 segundos, esté esa luz quieta o en movimiento.
El obturador es una obra de ingeniería precisa, precisísima, que se abre y se cierra en una milésima de segundo o se abre y se cierra en seis segundos.
F2.8 1/1250 seg. ISO160 170mm
A ti, que has estudiado, te pregunto: ¿he hablado de velocidad en algún momento? ¿Has visto en algún momento "km/h" o "m/seg". No, solo hemos hablado de TIEMPO. De segundos y partes milésimas de segundo, como en esta última foto que saqué a pocos kilómetros de Bogótá: 1/1250 seg.
Debato con una amiga, especialista en precisión didáctica, sobre el motivo por el cual en la mayoría de las páginas web sobre Fotografía se habla de la “velocidad” del obturador. El obturador no es veloz porque recorra un espacio en breve tiempo. ¿Qué espacio?
El obturador es rápido porque tarda muy poco TIEMPO en abrirse y cerrarse.
Ella, mi amiga, que no sabe de Fotografía pero sí mucho de precisión a la hora de enseñar, me contesta que no entiende el motivo. Diserta sobre las imprecisiones que nos hacen perder el tiempo, que perjudican nuestro aprendizaje de las cosas que nos importan, me habla sobre sus métodos de enseñanza, garantitizados personalmente por el psicólogo Edward de Bono...
Yo tampoco lo entiendo, querida, yo tampoco lo entiendo. Pero sí recuerdo el comentario de un alumno latino en un curso de fotografía de un blog muy relevante en España y Latinoamérica, que no entendía lo de la velocidad si todo lo medían con segundos. No le contestaron. ¿Qué le iban a contestar?
Tus comentarios…