10 errores importantes que no cometerás tras leer este artículo
Nos acostumbramos a ir rápido, a volar lejos de las instrucciones de la cámara y a dejarnos llevar por la intuición cometiendo un error tras otro. Así es la nueva manera de hacer las cosas, en Fotografía y en general, sembrando errores para llegar antes a la meta.
Te propongo 10 "errores" que no tendrías que haber "sembrado":
1. La cámara y los objetivos. ERROR: comprar una cámara con pocas megas
Dependerá de tus posibilidades económicas y de tus intenciones, pero si puedes, cómprate una cámara que tenga un sensor con 24 megas. Es un error recortar costos en la herramienta que materializa tus sueños.
El objetivo 18-55 mm que viene con los kits es funcional. No es mágico, pero sí funcional.
2. RAW. ERROR: disparar en JPEG
Dispara en RAW desde el primer momento. Revelar los archivos RAW con Lightroom, Photoshop u otros no es muy complicado.
En cuanto a los objetivos, necesitarás ir desde el angular mínimo de 18mm a un tele de 200 mm. Y aquí sí que puedes empezar con algo más baratito, si no tienes más remedio.
Si guardas tus fotos en archivos JPEG, condenas la foto a no sacarle jugo. Es verdad que los RAW ocupan más espacio, en la tarjeta de la cámara y en tu ordenador, pero un disco duro de un tera te cuesta poco y ahí te caben miles de fotos.
De todos modos, esa no es la razón principal por la que disparar en RAW te conviene, sino por las posibilidades que te ofrece toda la información recogida en el archivo para lograr lo que de verdad has fotografiado. No permitas que sea la cámara que te la revele con su automatismo.
3. Encuadre. ERROR: no pensar en lo que quiero comunicar con mi foto
Encuadras mostrando el objeto que te interesa. Cuando sacas esa foto, además, estás poniéndole límites a la realidad, encuadras la realidad. A partir de este momento, toda la información que se encuentra alrededor del encuadre, fuera de él, la estás eliminando.
Pregúntate si después la gente podrá interpretar la foto sin que tú se la expliques. "¿No sabes qué es?, ¡pues al lado estaba el mar!, ¿no te lo imaginas?". No, no cuentes con que la gente se imagine cosas que no muestras o no sugieres en el encuadre.
En el encuadre, tanto si abres el plano con un objetivo angular como si lo cierras con un teleobjetivo, cuida que todo lo que sale en el interior del encuadre tenga un sentido. En general, toda foto tiene un protagonista; pues bien, todo lo que le acompaña debe rendirle cuentas. No puede haber un objeto B o C que interfiera en el sentido de la foto y que tú esperes que la gente no vea, o viceversa.
4. Enfoque. ERROR: confiar en que te salga enfocado el protagonista de tu foto
Enfoca tú, no dejes que lo haga la cámara. No quiero decir que enfoques manualmente (botón M en el objetivo) sino que le ordenes a la cámara donde exactamente debe enfocar.
AF de punto único. Y tú mueves el punto con el cursor del respaldo de la cámara y le ordenas a la cámara qué te interesa enfocar. Si ves que el objeto principal de tu foto no se deja enfocar de esta manera, pon el punto de enfoque en el objeto principal, enfoca, mueves el botón de enfoque (en el objetivo) a M, vuelves a tu encuadre elegido y disparas. No olvides volver al modo A en el objetivo. ¿Te queda claro?
Los botones M y A en el objetivo hablan del enfoque y no tienen nada que ver con los modos M y A de la cámara, en el dial. No, no es un lío. Coge tu cámara, busca las opciones de las que te estoy hablando y lo verás.
5. Trípode. ERROR: comprar el trípode “pluma” más barato
El trípode te va a resultar imprescindible si te pones a hacer fotos en serio. No compres uno endeble que no pesa más que una pluma. Vas a tener que tirar algunas fotos trepidadas por su culpa.
Es un engorro, un pesado engorro llevar un trípode sólido y pesado. Yo, cuando a veces cargo con la bolsa con la cámara, objetivos, flashes y luego me enredo el trípode, a parte de parecer una tortuga Ninja (que eso me da igual), acabo con la espalda rota. Pero las fotos están como yo quiero que estén.
6. ERROR: Comprar una extensa gama de filtros en los chinos
Para empezar no necesitas filtros de diferentes tipos, pero sí uno para cada objetivo.
No son imprescindibles, pero los usarás en más de una y dos ocasiones. Primero, un filtro UV, de precio medio. Sirve para proteger la lente. El filtro polarizador es una herramienta muy útil para eliminar reflejos y con ello mostrar fotos más nítidas; recuerda, de precio medio. Y por último, un par de filtros de densidad neutra, aunque el polarizador también te puede servir si lo que pretendes es oscurecer un mínimo, uno o dos pasos.
7. ERROR: Salir con los amigos a hacer fotos personales
No tiene sentido, a menos que los amigos hagan de modelos o participen activamente en la construcción de las fotos.
Recuerdo una excursión a las lagunas de Siecha, en Colombia, en la que el grupo caminaba sin detenerse, como es normal. Yo sí quería detenerme. Si veía un frailejón (un tipo de planta especial) o el liquen rojo y amarillo sobre una piedra, si veía y veía, quería detenerme para rodear ese objeto y tomar la foto de la mejor manera posible.
Como he trabajado en prensa y sé lo que es correr detrás de manifestantes, elegí economizar mi tiempo y sacar fotos rápidamente. Bien. Cuando llegué a casa me di cuenta de que mis pies estaban destrozados.
Detenerse en el trayecto de la excursión significaba darle vueltas al objeto, con lo que no estás quieto, y después debía correr para alcanzar al grupo. Así una y otra vez. Pasé la excursión corriendo. Las fotos, por supuesto, podían haber sido mejores.
Una foto precisa un acto de amor entre tú y lo que fotografías. Necesitas que haya una conexión y, aunque te parezca una locura, debe entablarse una conversación entre ambos. Si te detienes frente a un objeto, es porque te llama la atención. ¿Por qué me atrae? ¿Cómo puedo encuadrarlo para que quede según mi estilo personal?
De estas preguntas y meditaciones puedes olvidarte si sales con compañía y sin tiempo cuando haces fotos.
8. Uso de la tarjeta de memoria. ERROR: no descargar las fotos de la tarjeta
Vacía la tarjeta de memoria de tu cámara después de cada sesión. Créate un orden. Un día te plantarás frente a un hecho inesperado y te quedarás sin memoria. "Ninguna" habrá engordado tanto que no sabrás ni a qué pertenecen esas fotos.
Y que no se te ocurra borrar las fotos que acabas de disparar viéndolas solo en la pantalla de la cámara; espera a verlas en la pantalla de tu ordenador.
En el monitor, selecciona a conciencia, tira lo que creas que no va a ningún lado (asegúrate de ello; más vale quedarse corto a la hora de borrar RAWs). Y las que consideres que son no son malas, pero no te acaban de convencer porque les falta un "puntito", las guardas para siempre.
A lo mejor en el futuro buscas una foto de esas características y presa de la inspiración das con el "puntito" y das el puntazo.
9. Revelado inspirado. ERROR: creer que de cada RAW solo sale solo una foto
Ese “puntito” es a lo que yo llamo el alma del revelado y la postproducción. Tengo RAWs que he revelado de una manera y, al cabo de unos meses, sintiéndome yo con un ánimo diferente al del primer día, la vuelvo a revelar y me sale una foto completamente distinta. Y no es que un resultado final sea mejor que el otro, ¡son diferentes!
El mismo archivo RAW, dos fotos diferentes. No cometas el error de menospreciar fotos que has disparado llevado por tu instinto, por tu deseo.
¿Quieres un ejemplo? Mira estas dos fotos de aquí abajo: el mismo disparo, dos estilos diferentes.
10. ERROR: abusar de Photoshop
Aquí es donde el programa se convierte en el diablo que todos detestamos. Saturas demasiado por aquí, le das mucho contraste por allá, mucho brillo, mucho de esto y de lo otro y no solo ya no es una foto realista, es que te has pasado de pictorialista y cuando alguna persona (o tú mismo en el futuro) vea esa foto, va a sentir repulsión. No juegues con los ajustes. Si quieres algo concreto, ve a buscarlo, pero no los ajustes dramáticamente porque sí.
Vas a perder el tiempo y vas a tener que tirar el trabajo.
Sin errores se fotografía mejor
Claro que el mundo de los que triunfan es algo más complejo, que hay que trabajar ciertas cosillas, que no se nace sabiéndolo todo. Ahora sabes un poco más. Y yo estoy encantado de haberte comunicado algo que no sabías.
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